El FMI rinde cuentas a sus
países miembros y esta responsabilidad es esencial para la eficacia de la
institución. La labor cotidiana de gestión en el FMI corresponde al Directorio Ejecutivo,
en representación más de los 184 países miembros del FMI, y al personal
contratado internacionalmente que está a las órdenes del Director Gerente y
tres Subdirectores Gerentes; el equipo de alta gerencia procede de regiones
diferentes del mundo. Las facultades del Directorio Ejecutivo para la gestión del
FMI han sido delegadas por la Junta de Gobernadores, en quien descansa la
supervisión final.
La Junta de Gobernadores, en la que están representados todos los
países miembros, es la autoridad máxima de la institución. Suele reunirse una
vez al año con ocasión de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial. Los
países miembros nombran a un gobernador para que les represente —distinción que
suele recaer en el ministro de Hacienda o el gobernador del banco central del
país— y a un gobernador suplente. La Junta de Gobernadores decide sobre todas
las cuestiones importantes de política pero, como se ha dicho, delega la gestión
cotidiana en el Directorio Ejecutivo.
Los aspectos clave de
política relacionados con el sistema monetario internacional se analizan dos
veces al año en un comité de los gobernadores denominado Comité Monetario y
Financiero Internacional o CMFI (que hasta septiembre de 1999 fue conocido
por Comité Provisional). Un comité conjunto de las Juntas de Gobernadores del
FMI y el Banco Mundial, que recibe el nombre de Comité para el Desarrollo asesora
e informa a los gobernadores sobre temas de política de desarrollo y otras cuestiones
de interés para los países en desarrollo. El Directorio Ejecutivo está
formado por 24 directores ejecutivos y presidido por el Director Gerente del
FMI. Se reúne habitualmente tres veces por semana en sesiones que se prolongan
mañana y tarde, y con más frecuencia si hace falta, en la sede de la
organización en Washington. Los cinco países miembros accionistas más grandes
del FMI —Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido— más China, Rusia
y Arabia Saudita tienen escaño propio en el Directorio. Los 16 directores ejecutivos
restantes son elegidos por períodos de dos años por grupos de países, a los que
se llama jurisdicciones. La documentación que sirve de base para las
deliberaciones en el Directorio corre por cuenta sobre todo del personal del
FMI, algunas veces en colaboración con el Banco Mundial, y se somete al
Directorio previa aprobación de la gerencia; sin embargo, algunos documentos
los presentan los propios directores ejecutivos.
En los últimos años, una
proporción creciente de la documentación del Directorio Ejecutivo del FMI se da
a conocer al público en el sitio del FMI en Internet (www.imf.org).
A diferencia de algunos
organismos internacionales cuyo sistema de votación sigue el principio de “un
país, un voto” (por ejemplo, la Asamblea General de las Naciones Unidas), en el
FMI se utiliza un sistema de votación ponderado: cuanto mayor es la cuota de un
país en el FMI —determinada en términos generales por la magnitud de la economía—
más votos tiene ese país. No obstante, el Directorio rara vez toma una decisión
por votación formal; la mayor parte de las decisiones se basan en el consenso alcanzado
por los países miembros y reciben respaldo unánime.
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